Esclavas para bebés de oro

Bendecir la llegada de un nuevo miembro de la familia comprándole ya, a tan tempranísima edad, una pieza de joyería, no todo el mundo lo entiende. Lo ve, sin embargo, de distinta forma otra gran mayoría de personas que sí lo consideran casi como una tradición, una manera simbólica y bonita de, como decimos, bendecir el nacimiento de una pequeña criatura especial para ellos/as.

Entre esas piezas que se suelen regalar a un recién nacido/a, están las pulseras. Más en concreto, esclavas para bebés de oro. Son pulseras compuestas por una chapa con, generalmente, el nombre del pequeño/a y su fecha de nacimiento, y luego la cadena en sí que conforma la pulsera.

Pero no sólo son típicas en recién nacidos, también su uso es muy extendido en bautizos. Eso sí, siempre asociadas a nuestros peques 🙂.

Cómo son las esclavas para bebés

Pulseras de oro amarillo de primera ley de 9 y 18 quilates (casi siempre se opta por los 18 quilates) con diferentes diseños, pero el más estandarizado, se compone de cadena de eslabones con una chapa central con acabado pulido o mate (más común) donde personalizar la pieza. La esclava va matizada y tallada en todo el contorno.

Nos encontramos diferentes estilos de cadenas, con combinaciones de eslabones pequeños, grandes, alargados, atravesados, eslabones húngaros, ovalados, eslabones tallados, estilo Bilbao o estilo Cartier.

También diferencia, lógica, en la longitud de la pulsera, yendo desde pequeñas de 11 cm hasta las más largas, de 14,50 cm aproximadamente. Aquí se les llama esclavas para bebés de primera postura y de segunda. La primera postura hace referencia a los primeros meses de vida del bebé, cuando más pequeña son sus muñecas. Por lo tanto, son las esclavas más pequeñas. La segunda postura ya se coloca a partir del año de vida de la criatura, y son pulseras más grandes que les vemos portar a algunos/as hasta los 5 años. Sea como fuere, debemos medir bien las muñecas de los peques para saber exactamente qué esclava para bebés de oro comprarle.

Adornos y cierres

Pueden llevar otros adornos en la chapa o en el cierre, pero generalmente se componen de cadena y chapa únicamente.

Referente a los cierres, en la mayoría de los casos serán de reasa marinera o de mosquetón.

Grabado personalizado

Generalmente son las iniciales del recién nacido lo que se graba en la esclava de oro. También la fecha de su nacimiento o el propio nombre completo. Un recuerdo único. A pesar de que la persona vaya creciendo, la pulsera la conservarán sus padres o abuelos como símbolo de un momento de enorme felicidad en sus vidas.

Oro de 18 quilates

Anteriormente ya hemos comentado que las esclavas para bebés de oro más habituales son las de 18 quilates. También las hay de 9 o de 14, pero son preferidas en menor medida por los usuarios/as en comparación. El oro de 18 quilates contiene un 75% de oro puro (750 milésimas de oro) y son piezas de una considerable calidad y una resistencia excelente a productos químicos, elementos meteorológicos u otras inclemencias. Bien cuidadas (limpieza y brillo), duran toda la vida. No olvidemos, además, que el oro es un material hipo alergénico, que nunca provocará reacciones contrarias en la piel de quien lo luzca, tales como irritaciones, eccemas, heridas o quemaduras.

Conclusiones

Ya desde tiempos del Imperio Romano se sabe que el oro en forma de objetos, amuletos o abalorios se entregaba de padres a hijos con fines de protección ante las posibles desgracias y circunstancias adversas de la vida. No es que hoy en día tengamos ese mismo propósito, pero sí que tenemos arraigado en nuestra sociedad que o padres o padrinos/madrinas, regalen al recién nacido una pieza preciosa, generalmente personalizada, para celebrar su venida al mundo.

Las esclavas para bebés de oro son las elegidas por la mayoría de usuarios/as para tan magno acontecimiento, y ya hemos visto que las diferentes versiones de ellas que existen son ideales para acompañar a nuestro pequeño/a en sus primeros años de vida.